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Entre los 14 y los 17 años (13 y 16 las niñas) los jóvenes forman parte de la Rama Raider. A través de ‘Empresas’ planificadas en pequeños grupos primero y en Tropa y Comunidad luego, se asumen las riendas de la gestión de los propios proyectos. Es el momento de llevar a la vida diaria los valores del escultismo y el Evangelio; de poner los conocimientos y capacidades propios al servicio de los demás, y de experimentar a Dios en la naturaleza. Se crean espacios de juego donde se da énfasis al marco simbólico de la rama que es la “Aventura”

 

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Este es un momento crucial para las ideas, los interrogantes y las ambiciones. Los chicos y las chicas empiezan a perfilar su personalidad definitiva.

El grupo cobra enorme importancia y se hacen hombres y mujeres activos. No aceptan el ocio pasivo y dirigido que se oferta a los jóvenes. Elaboran sus propios proyectos, abiertos al servicio comunitario, se abren a la sociedad y afianzan su pertenencia y su responsabilidad ciudadana.

Conciben sus propios “plan de adelanto personal”. Son ellos y ellas los verdaderos protagonistas de su futuro. Conciben la “Empresa o Proyecto” desde la idea hasta la ejecución, con la mera supervisión del dirigente. Se responsabilizan de sus acciones y se impulsan en su propia motivación.

Se experimenta una profunda espiritualidad a traves de los “Raid”, donde el o la Raider emprenden una marcha en la que por medio de meditación y contemplación se ponen en contacto con Dios y la naturaleza.

Su objetivo y divisa es estar “Siempre Listos para Salvar

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